El marco para la enseñanza de idiomas basado en tareas de Jane Willis

La enseñanza del inglés como lengua extranjera debe tener en cuenta el factor de que la tecnología es un elemento integrado en nuestra sociedad y que puede enriquecer las propuestas metodológicas y didácticas de los docentes. Esto puede condicionar el modo en el que presentemos nuestros proyectos, los desarrollemos y evaluemos. Además de esto, como docentes deberíamos fomentar el desarrollo del espíritu crítico de nuestro alumnado, analizar estrategias con las que poder atender a las necesidades de nuestros estudiantes e incorporar las herramientas digitales adecuadas para dar respuesta a nuestros objetivos. Por lo tanto, podríamos considerar el enfoque flipped learning como una alternativa con la que dar respuesta a lo mencionado anteriormente, además de centrarnos en el diseño de actividades que requieran una mayor exigencia cognitiva por parte de nuestros estudiantes.

Como profesor de inglés, llevo aplicando flipped learning en mis clases de hace varios cursos y lo que más destaco de ello es la posibilidad de disponer de más tiempo para que mi alumnado trabaje las destrezas lingüísticas y contenidos léxico-discursivos de la materia. Para ello, deberíamos tener en cuenta cuatro elementos para implantar el aprendizaje inverso y que fueron propuestos por Abeysekera & Dawson (2016), Brame (2013) y Mcnally et al., (2017):

  1. Trabajo del alumnado en relación con el contenido por medio de videos educativos, infografías, textos…
  2. Motivar a los estudiantes para que se preparen para el espacio grupal (cuestionarios online, debates en foros o actividades en línea).
  3. Contar con herramientas digitales que nos aporten datos del trabajo previo del alumnado en el espacio individual.
  4. Tras lo anterior, tomar decisiones y diseñar actividades que les reten en distintos niveles de complejidad en el espacio grupal. Creo que esto es muy importante.
Imagen: Freepik.

A partir de aquí, nos plantearemos qué metodología llevaremos a cabo para guiar a nuestro alumnado hacia los objetivos de aprendizaje propuestos. Algunas sugerencias pueden ser el aprendizaje basado en proyectos, tareas competenciales, aprendizaje cooperativo, gamificación o aprendizaje basado en tareas. Este último modelo desarrollado por Jane Willis se centra en el aspecto comunicativo de cualquier idioma y puede relacionarse con la expresión e interacción tanto oral como escrita. Además, nos permite contextualizar tanto la enseñanza de la gramática como del léxico que están presentes a lo largo de toda la secuencia.

El marco sobre el que se sustenta este enfoque comunicativo consta de tres fases:

  1. Actividad previa. En este primer paso, podemos aplicar el enfoque flipped learning para la presentación del tema y de la tarea. Por lo tanto, nos servirá para la que el alumnado trabaje los contenidos previamente en casa y que le será de gran ayuda para la realización de las actividades propuestas por el docente en el aula (picture descriptions o resaltar dichas estructuras con ejemplos, trabajar un ejercicio de comprensión oral o escrita…).
  2. Ciclo de actividades. Esta fase consta de tres subapartados:
    1. Actividad 1 o tarea. Los estudiantes se agrupan en parejas o en grupos (dinámicas simples de aprendizaje cooperativo serían un buena opción). La finalidad es que usen el idioma con naturalidad para intercambiar opiniones tomando como referencia tanto el texto como la audición que hayan trabajado en la fase inicial. El profesor circula por los grupos evaluando y dando apoyo (retroalimentación formativa), ayudará a los estudiantes cuando estos le pidan ayuda, pero nunca se acercará para corregir errores directamente.
    2. Actividad 2 o planificación. A continuación, los estudiantes comparten informal y brevemente lo trabajado con el resto de compañeros, cómo lo han realizado y qué objetivo perseguían. El docente se acerca a los grupos y les ayuda a mejorar aspectos lingüísticos como la pronunciación, léxico o estructuras gramaticales. Si la tarea es un texto escrito, el profesor puede proponerles que realicen una retroalimentación por pares.
    3. Actividad 3 o exposición del objetivo lingüístico. Finalmente, bien las parejas o grupos de alumnos exponen su trabajo final en torno al tema que se ha llevado a cabo de forma oral o escrita. Puede ser un buen momento para la coevaluación, mientras el profesor recoge aquellos aspectos lingüísticos que aún no se han superado. Llegados a este punto, hace que los estudiantes tomen conciencia del uso que le han dado al idioma y valoren positivamente su trabajo.
  3. Objetivo lingüístico. Tomando como referencia lo trabajado previamente, el docente diseñará actividades que estén centradas en los objetivos de aprendizaje propuestos y relacionadas con los recursos que han trabajado previamente. En este punto, el objetivo es que el alumnado se acerque al idioma analizando, aplicando y evaluando los distintos elementos que lo componen. Algunos ejemplos podrían ser destacar determinados tiempos verbales en un texto, clasificar las categorías de palabra, parafrasear algunas oraciones, diferenciar verbos regulares e irregulares y usarlos en distintos tipos de preguntas… Finalmente, podría ser una buena opción que los estudiantes volviesen a repetir la secuencia con parejas o grupos distintos y, así, beneficiarse de una retroalimentación entre pares más amplia.

En definitiva, el marco para la enseñanza basada en tareas de Jane Willis y su integración con el enfoque flipped learning puede ofrecernos la oportunidad para que los estudiantes de idiomas usen un lenguaje rico y contextualizado, desarrollen las destrezas lingüísticas de un modo real, sea posible que se motiven para lograr un objetivo y que nuestra propuesta didáctica esté centrada el uso del lenguaje en todos sus aspectos. Todo ello, tomando como referencia nuestro currículo para alinear nuestra propuesta con los criterios de evaluación y competencias asociadas a nuestra materia. Comparto la siguiente infografía como resumen visual de lo desarrollado en esta entrada. Espero que sea de utilidad o de inspiración.

Referencias.

Willis, Jane. (2016) A Flexible framework for task-based learning. An overview of a task-based framework for language teaching.

Al-Naabi, Ishaq. (2020). Is it Worth Flipping? The Impact of Flipped Classroom on EFL Students’ Grammar. English Language Teaching. 13. 144. 10.5539/elt.v13n6p144.

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