El éxito de de la integración del modelo del aprendizaje inverso dependerá del tipo de actividades que propongamos a nuestro alumnado en el aula. Para ello, será muy importante que tengamos en mente qué objetivos de aprendizaje se van a trabajar en el espacio grupal y, consecuentemente, llevar a cabo propuestas didácticas cognitivas de orden superior. Sobre este aspecto, podremos centrarnos en diferentes tipos de actividades que permitan al docente llevar a cabo una evaluación variada y objetiva sobre las metas a conseguir.
Además de ello, deberíamos incluir aspectos relacionados tanto con la metacognición como con la autorregulación a lo largo del proceso de aprendizaje; tanto en el espacio individual como grupal. Sobre ello, se ha escrito y estudiado mucho en las dos últimas décadas, llegándose a la conclusión de que las destrezas metacognitivas ayudarán al alumnado a entender o comprender cómo se ha desarrollado una tarea (Garner, 1987). En este sentido, me ha parecido muy interesante la lectura «Promoting General Metacognitive Awareness» de Gregory Schraw y que sirve de fuente e inspiración para esta entrada. De ella, el autor destaca tres tipos de conciencia metacognitiva: declarativa, procedimental y condicional:
- Declarativa: este tipo de conocimiento es el que un aprendiz conoce, así como determinados factores que pueden influir en su rendimiento. En otras palabras, trata sobre lo que se sabe.
- Procedimental: este tipo de conocimiento es el que se refiere a cómo hacer cosas. Conlleva, además, poseer una determinada variedad de estrategias para llevarlo a cabo.
- Condicional: este tipo de conocimiento se refiere a cuándo se va a utilizar tanto el conocimiento declarativo como el procedimental. Este tipo de conocimiento es importante, ya que está relacionado con la toma de decisiones de un modo selectivo y efectivo.
En definitiva, nuestro alumnado podrá regular su aprendizaje si son capaces de regular sus conocimientos, por lo que será necesario que sepan distinguir entre conocimiento y metacognición. Para ello, el autor propone una herramienta que sirve como opción a los estudiantes a la hora de trabajar bien en grupo, bien de modo individual determinadas estrategias. Se conoce como Strategy Evaluation Matrix o Matriz de Estrategias de Evaluación. Su objetivo o propósito es la de mejorar el conocimiento de determinados contenidos, incluyendo los tres aspectos mencionados anteriormente: declarativo, procedimental y condicional. El docente podría proponer a sus estudiantes que trabajen en una técnica concreta o bien que negocien en grupo cuál o cuáles van a ir trabajando a lo largo de las futuras sesiones o unidades didácticas. En la siguiente infografía puede verse con más detalle: (descárgala como imagen aquí)