Una mirada alrededor del aula

Lo has decidido. Va a ocurrir poco a poco. Vas a comenzar el proceso por el que tus clases van a suceder fuera de ella. Tus alumnos van a aprender más activamente y tú, como docente, dejarás de comunicar para pasar a aprender con ellos. Sí, necesitas herramientas para poder llevarlo a cabo que pasarán por tu formación no formal, ensayo-error que lo convertirás en ensayo-acierto y socializarás tu aula, la abrirás al mundo para que otros aprendan como tú aprenderás de ellos, creándote espacios nuevos donde aprender e interactuar y soltar el lastre del libro de texto que te tenía «atado» por llegar al final del dichoso temario. Darás un paso adelante y, sin mirar nunca atrás, te adentrarás entre tus alumnos para dedicarles todo el tiempo que se merecen y ayudarles a conseguir sus objetivos; porque solo así, sentándote con ellos, podrás sentir lo que necesitan. Sí, te necesitan cerca para convencerles de que nunca has dejado de ser como ellos.

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Desde ahora, serán ellos quienes también participen en su aprendizaje: tendrán la capacidad de medir lo que aprenden y cómo lo aprenden, ya que les ofrecerás recursos para que abandonen lo unidireccional y lo anacrónico. Vas a cambiar el concepto de aula por otro espacio de aprendizaje, no el espacio de aprendizaje: el aprendizaje es móvil, estamos conectados y las TIC te ofrecen infinidad de posibilidades para atender a tus alumnos individualmente y ayudarles en cualquier momento o en cualquier lugar. De igual modo lo serás tú: ya no te limitarás al tiempo de aula, sino que podrás «conectar» también con el mundo de tu alumnado. La escuela no debe estar cerrada, no debe ser una institución intra muros, sino más bien extra muros, preparada para el cambio frenético en el que la sociedad se encuentra inmersa.

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