Show and tell: del concepto a la concreción.

Seguro que esta situación os es familiar: hemos preparado una explicación detallada de un concepto determinado de nuestra materia, y, sin embargo, sentimos que la comprensión de una parte del alumnado no se fue como esperábamos. La distancia entre el concepto abstracto y su asimilación es un aspecto esencial en nuestro día a día como docentes.

Para abordar este reto, puede ser útil tener en cuenta una estrategia que me ha parecido interesante y descrita por Jim Heal y Rebekah Berlin en su libro Mental Models: el modelo «Show and Tell» (mostrar y contar). Esta técnica pedagógica se centra en un principio clave del aprendizaje: las ideas generales deben ir acompañadas de ejemplos concretos para ser comprendidas en profundidad. En esta entrada. os propongo una reflexión sobre cómo este modelo puede aplicarse de manera estructurada con nuestro alumnado.

La complejidad de asimilar conceptos abstractos.

Una posible explicación al respecto y en línea en lo que se basan Heal y Berlin reside en la diferencia entre el conocimiento experto y el de una persona principiante. Las personas expertas, como es el caso del profesorado, tendemos a organizar la información en esquemas mentales complejos y conectados; en otras palabras, vemos la red completa de ideas.

El alumnado, por otra parte, a menudo procesa la información como unidades aisladas, sin esas conexiones preexistentes. En consecuencia, nuestra función consiste en gran medida en ayudarle a construir los puentes entre esas unidades de conocimiento para que desarrolle sus propios esquemas conceptuales.

¿En qué se basa la estrategia «Show and Tell»?

La idea de que lo concreto facilita el aprendizaje no es meramente intuitiva; se apoya, precisamente, en investigaciones de la ciencia cognitiva. Los autores comparten un estudio relevante en este campo que fue el liderado por Allan Paivio en 1994 en el que se analizó cómo la concreción de la información afectaba a la capacidad de recordarla.

En el estudio, se presentaron párrafos a los participantes sobre personajes históricos. Estos textos variaban en dos aspectos: la familiaridad del contenido y su nivel de concreción (es decir, si la información se presentaba con ejemplos concretos o solo con ideas abstractas). Los resultados fueron muy interesantes:

  • Cuando dos párrafos eran igualmente familiares para los participantes, el que estaba redactado de forma concreta se recordaba casi el doble de bien que el abstracto.
  • Incluso en los casos donde el párrafo abstracto era más familiar, el párrafo concreto se recordaba igual de bien, lo que demuestra que la concreción potencia la capacidad de aprender y retener información nueva.

Por lo tanto, esta investigación subraya que los ejemplos específicos no son solo un adorno, sino una herramienta cognitiva poderosa que impulsa la comprensión y la memoria.

El modelo «Show and Tell»

Precisamente para salvar la distancia entre lo abstracto y lo comprensible, los autores del libro presentan el modelo «Show and Tell» como su primer modelo mental en el libro. De hecho, su premisa es que, para comprender una idea, se necesita entender cómo «se ve y suena» en la vida real y establecer conexiones significativas entre los ejemplos y el concepto general que pretendemos que se aprenda.

Al mostrar además de contar, ofrecemos lo que podríamos llamar un «ancla cognitiva», es decir, una representación a la que cada estudiante puede volver cuando la complejidad de la idea lo requiera. De este modo, se fortalece el vínculo entre la teoría y la realidad percibida.

¿Cómo podemos llevarlo a cabo en clase?

La implementación de este modelo puede estructurarse en un proceso de tres fases bien definidas:

1. Definir con claridad el concepto a «contar».

El punto de partida es tener una definición precisa del contenido abstracto que se quiere enseñar. Por ejemplo, definir qué es la «densidad» en Física, la «aliteración» en Literatura o la «soberanía» en Ciencias Sociales.

2. Seleccionar un ejemplo adecuado para «mostrar».

A continuación, el paso implica elegir un ejemplo concreto que haga el contenido más accesible y fácil de recordar. La clave es que el ejemplo se corresponda con las características más importantes de la idea abstracta que se está explicando.

3. Guiar la conexión entre el «show» y el «tell».

Finalmente, aquí es donde se consolida la conexión cognitiva siguiendo esta estrategia. Para ello, no se trata solo de presentar el concepto y el ejemplo por separado, sino de guiar activamente al alumnado para que procese la relación entre ambos. Esto se puede lograr a través de preguntas reflexivas como:

  • «¿De qué manera este ejemplo que hemos visto representa la idea de la que hablamos?»
  • «¿Podéis pensar en vuestros propios ejemplos basados en este concepto?»

Como conclusión, la estrategia «Show and Tell» que describen los autores no es tanto una nueva metodología sino una formalización de lo que como docentes hacemos de manera intuitiva: conectar el aprendizaje con el mundo del alumnado. Como se señala en este capítulo del libro, los ejemplos concretos ofrecen «simplicidad al otro lado de la complejidad”.

Considero que sería buena idea que, al programar nuestra próxima situación de aprendizaje, podemos detenernos un momento a pensar lo siguiente: «Para este concepto clave, ¿cuál será mi ejemplo concreto? ¿Cómo guiaré a mi alumnado para que construya el puente entre ambos fomentando así una mejor comprensión?»

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