La planificación de nuestras propuestas docentes requiere de un profundo análisis y reflexión relacionados con los objetivos de aprendizaje que vamos a trabajar con nuestro alumnado. Esta fase inicial es importante ya que deberemos tener en cuenta múltiples elementos para el diseño instruccional de nuestra tarea o proyecto. En nuestras aulas, los estudiantes aprenden de modo diferente por lo que un único enfoque didáctico no tendría mucho éxito. Es debido a que a lo largo de ese proceso de aprendizaje coexisten diferentes redes que influirán en cómo aprenden: redes de tipo afectivo, redes de reconocimiento y redes estratégicas (Rose and Meyer, 2002).
Los elementos anteriores están estrechamente ligados a las redes neuronales involucradas en el aprendizaje y que, a su vez, se subdividen en pautas (de compromiso, de representación y de acción y expresión) que nos orientan a la construcción o diseño de propuestas didácticas que sean realmente alcanzables por todo el alumnado, teniendo en mente la realidad de que cada estudiante aprende de un modo diferente. Esta es la base del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) y el tema que vertebra la publicación que os recomiendo en esta entrada.