La matriz de la retroalimentación para el aprendizaje.

En el ámbito educativo, el feedback se muestra como una de las estrategias más efectivas para mejorar el aprendizaje, según señala la investigación educativa. Sin embargo, no todos los tipos de feedback son igual de efectivos. El estudio de Brooks, Carroll, Gillies y Hattie (2019) nos ofrece una matriz conceptual que conecta la investigación con la práctica, mostrando cómo el feedback puede ser una efectiva herramienta de mejora. Dicho modelo distingue entre tipos de feedback (feed up, feedback y feed-forward) y niveles (tarea, proceso y autorregulación), ofreciendo un marco práctico para ayudar al profesorado a promover un aprendizaje profundo y autónomo en nuestras aulas.

Respecto al feedback formativo, este juega un papel fundamental en el cierre del ciclo del aprendizaje. Dicho proceso comienza con el feed up, que aclara las metas y criterios de éxito, sigue con el feedback, que informa a los estudiantes sobre su progreso (feedback correctivo) y concluye con el feed-forward, que señala los pasos siguientes para mejorar. Creo que relacionar estas etapas con los criterios de evaluación o indicadores de logro no solo orienta a los estudiantes, sino que les permite tomar el control de su propio aprendizaje al mismo tiempo que les aclara dicho proceso. En este sentido, un feedback bien diseñado no es solo información, sino una herramienta para la autorregulación y la mejora continua. De ahí lo interesante de la propuesta del texto al que me refiero.

Concretamente, la investigación revela que el tipo de feedback más común en las aulas se dirige al nivel de la tarea, proporcionando información sobre si se están cumpliendo los objetivos específicos de una actividad. Sin embargo, el feed-forward, que es clave para cerrar el ciclo del feedback y guiar los pasos futuros, es el menos frecuente. Considero que esto nos plantea un reto como docentes: ¿cómo podemos incluir más oportunidades de feed-forward y fomentar la autorregulación en nuestro alumnado? Además, debemos considerar ofrecer feedback no solo en la tarea, sino también en los procesos y habilidades que construyen un aprendizaje más profundo y, como decíamos antes, alineándolos con los criterios de evaluación para una evaluación auténtica en todo su proceso.

Como posible recurso de ayuda al respecto, he creado una infografía basada en la propuesta del artículo. En ella, se traslada esta matriz de feedback al contexto práctico de nuestras aulas, con ejemplos concretos y estrategias aplicables. Espero que sea una herramienta útil para enriquecer nuestra práctica en materia de evaluación para y como aprendizaje. Puedes descargarla tanto en formato PDF como PNG.

 

 

Fuente: Brooks, C., Carroll, A., Gillies, R. M., & Hattie, J. (2019). A Matrix of Feedback for Learning. Australian Journal of Teacher Education, 44(4). https://doi.org/10.14221/ajte.2018v44n4.2

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