La cultura del aprendizaje actual es completamente distinta de la que teníamos cuando éramos pequeños, cuando únicamente procedía mediante largas sesiones de instrucción directa, tareas y evaluación. Sin embargo, no deja de ser curioso que aún se siga así: comparto la idea de que algo no está funcionando correctamente. He reflexionado sobre esta tema en varias ocasiones: es anacrónico tanto el sistema como las herramientas que, generalmente, se usan en las aulas mientras que en nuestra vida cotidiana accedemos con naturalidad a Google o YouTube para resolver cuestiones informarles que nos interesan (recetas, lecturas seleccionadas, cursos específicos en los MOOCs…), pero no están plenamente introducidos en el praxis diaria tanto de docentes como de alumnos.