El enfoque flipped classroom encuentra su verdadero potencial en las dinámicas de aula que se pueden desarrollarse debido a la optimización del espacio grupal. Generalmente, no disponemos de todo el tiempo de clase que nos gustaría para poder trabajar los contenidos, competencias y evaluación formativa necesarios para la implantación de metodologías activas. Es por ello, que al desplazar parte conceptual de la clase, nos queda un valiosísimo tiempo en el que invertir para la dinamización de tareas o actividades, grupales o individuales, en la que trabajemos las destrezas cognitivas de orden superior.
En este sentido, debemos contar con la Tecnología para no solo trasladar dichos contenidos, sino que añadiremos preguntas a los vídeos creados con el fin de enriquecerlos y poder explotar todos los beneficios que ello conlleva. De ahí que sea sumamente importante el hecho de que debemos saber preguntar; preguntas que vayan escalando desde las LOTS hacia las HOTS, y que lleven al alumno a la reflexión, a la investigación o la metacognición. En definitiva, perseguimos que los que estén al frente del aula sean los propios alumnos, convirtiéndoles en expertos de su propio aprendizaje. Ello será posible gracias a que podrán compartir sus dudas y conocimientos en clase, construir destrezas en colaboración o pensamiento crítico. Ello puede conseguirse con el flipped learning.