Acabo de regresar de Sevilla tras mi participación en un taller sobre Mobile Learning para Inglés en ESO y en el que he tenido la oportunidad de compartir mi experiencia con un magnífico grupo de compañeros aplicando distintas apps en el proceso de enseñanza-aprendizaje en dicha asignatura. Hemos consolidado el concepto que uso de las herramientas (apps, dispositivos móviles…etc) son un medio para el aprendizaje y no deben concebirse como su fin. Del mismo modo, han de estar acompañadas por modelos activos que sitúen a nuestro alumnado como agentes activos durante todo ello.
Cuando recibí la invitación para formar parte del equipo de talleristas, planteé los talleres como una sucesión de creación de habilidades lingüísticas para que el docente tuviese evidencias reales y objetivas sobre su logro o adquisición por parte del alumnado y hacer hincapié en el hecho de que las apps que íbamos a trabajar supondrían no solo un proceso de sustitución, sino que escalaríamos paralelamente desde la taxonomía de Bloom junto con el modelo SMAR de Rubén Puentedura.
Y nos pusimos manos a la obra. Comenzamos el viernes con una ponencia en la que pretendí justificar la implantación del Mobile Learning como un proceso en el que obtendremos productos elaborados por nuestros alumnos y que son impensables de conseguir con herramientas analógicas. Máxime en lengua inglesa, en el que destrezas como la expresión oral o la expresión escrita no suelen trabajarse en el aula más allá de los meras dinámicas espontáneas de clase y que no «escalan» para conseguir resultados distintos.
Comenzamos con Evernote: herramienta muy destacada para la creación de libretas digitales en la que podemos guardar o almacenar cualquier tipo de archivo, enlace web, PDF…etc. Además, conocimos su gran utilidad en la versión móvil para trabajar tareas de expresión oral o como portafolio del alumnado. Continuamos el sábado con el resto de apps, en este caso, las GAFE: nos centramos en Google Docs, Google Slides y Google Forms para gestionar los proyectos cooperativos de los estudiantes tanto en el aula como fuera de ella. También Spreaker tuvo su hueco para elaborar tareas y recoger nuestros speaking skills. A continuación, trasteamos la evaluación mediante la creación de cuestionarios o como evidencia de aprendizaje tanto con Kahoot! como Plickers. Acabamos el día con Touchcast, en la que descubrimos el enorme potencial de esta app tanto para la creación de vídeos por parte del profesor como por parte del alumnado. La inmersión fue total. Nos centramos el domingo por la mañana enriqueciendo vídeos con Edpuzzle y presentando Aurasma como creación y lectura de realidad aumentada y mostrando las bondades y versatilidad de Explain Everything tanto como pizarra interactiva como para crear contenidos en distintos formatos y compartirlos con otras apps. Y por el camino, han habido recomendaciones sobre webs o apps para hacer nuestras clases de inglés más productivas y motivadoras para todos.
Y como no, me gustaría agradecer tanto a José Navalpotro como a Raúl Santiago su invitación al III Simposio Internacional Mobile Learning del que me llevo una maravillosa experiencia, desvitalizaciones (un placer, Gonzalo Romero) y nuevos aprendizajes de compañeros decididos en que la escuela ha de ir de la mano de la sociedad y en el que la tecnología se presenta como un potente aliado.