En nuestras aulas, el feedback suele ser un elemento esencial para guiar a los estudiantes en su aprendizaje. Pero, ¿cuánto tiempo dedicamos realmente a que nuestros alumnos reflexionen y trabajen sobre ese feedback? Aquí es donde entra en juego una estrategia sencilla pero poderosa: DIRT., o «Directed Improvement and Reflection Time» (tiempo dirigido de mejora y reflexión). ¿De qué trata?
DIRT es una estrategia que consiste en reservar tiempo específico en nuestras clases para que tanto docentes como estudiantes se enfoquen únicamente en el feedback recibido. Este tiempo se utiliza para revisar, reflexionar e implementar mejoras, asegurando que el feedback no sea tenido en cuenta.
Por ejemplo, podríamos dedicar 20 minutos semanales en nuestra planificación para trabajar exclusivamente con el feedback. Durante este tiempo, no se introduce contenido nuevo. En cambio, el objetivo es que los estudiantes interioricen y apliquen las sugerencias o aspectos de mejora dadas previamente.
Ejemplo en la materia de Inglés.
Imaginemos que estamos trabajando con una producción escrita sobre «My Daily Routine«. Después de evaluar las primeras versiones, identificamos errores comunes, como problemas con el uso del simple present y la colocación de los adverbios de frecuencia.
En la sesión de DIRT, los estudiantes:
- Revisan el feedback específico que les hemos dado, marcado en sus redacciones.
- Aplican las correcciones necesarias, como añadir la «-s» en la tercera persona o reordenar las frases con adverbios como «always» o «never«.
- Comparten sus cambios con un compañero, quien les da un segundo punto de vista antes de la revisión final.
Mientras tanto, nosotros, como docentes, circulamos por el aula, resolviendo dudas o trabajando con un grupo reducido que puede necesitar ayuda adicional.