Acabamos de terminar la semana. Momento para «desconectar», «conectar», «desconectar»… Lo digo así porque las ideas siguen apareciendo: nos empeñamos en darles forma de modo que podamos conseguir un buen «producto» que motive a nuestros alumnos y que nuestras esferas (los mundos de Francesc Torralba) no se distancien cada vez más. Hace unos días, tuve la ocasión de compartir mi visión del modelo flipped en el I Encuentro Educativo en Dos Hermanas que puedes leer aquí y al finalizar mi intervención, me hicieron en siguiente comentario: «Has dado la vuelta al modo en el que entendía la enseñanza. ¿Cómo podría llevarlo a cabo?» La respuesta que di fue muy sincera: pienso que los profesores hemos dejado de aprender para comenzar a enseñar; y es ahora cuando más debemos aprender, para despertar nuestra creatividad, nuestro elemento sorpresa y no mirar hacia el otro lado. Incidí en que no debemos volvernos locos y en que la seguridad que nos ha dado una tradición unidireccional y anacrónica ya no tiene vigencia en la sociedad enredada del siglo XXI, por lo que debemos comenzar a apostar por modelos activos y que empoderen al alumnado en su aprendizaje.