La optimización del tiempo de aula

El modo en el que presentemos nuestras enseñanzas va a influenciar enormemente el modo en el que nuestros alumnos van a adquirir los aprendizajes. Me atrevería a afirmar que es crucial. En este sentido, debemos comenzar planteándonos qué elementos deberíamos incluir en nuestras aulas y de qué modo van a contribuir a sean productivos, eficientes y motivantes. Estoy convencido de que el entorno de aula debe abrirse, y no abrirse solo en la relación entre profesorado y alumnado, sino que también debe hacerse incluyendo dinámicas, modelos, herramientas… que lo hagan posible. De este modo, enfrentaremos a los estudiantes a un mundo real en el que la toma de decisiones y el modo en el que lo harán serán determinantes en el éxito o fracaso de sus propósitos o metas.

El modelo de la clase inversa (flipped learning) contribuye a que nuestros alumnos sí tomen las riendas de los procesos de aprendizaje (y, en algunos casos, de enseñanza) gracias a que los contenidos les son ofrecidos no solo como tales, sino que también son enriquecidos para que el alumno trabaje de un modo más competencial y diferenciador. El hecho de que podamos crear o publicar un vídeo online hace posible que los estudiantes puedan acceder a él en cualquier lugar y en cualquier momento, creándose un mismo espacio: el individual y el del aprendizaje que le permite afrontar el contenido de un modo más abierto, más cercano a ellos y, cómo no, más motivador.

Algo que he notado y valorado desde que trabajamos flipped learning es la presencia de mayor interacción, mayor colaboración y puesta en común de los alumnos en clase. El pensamiento crítico sale a la luz debido a que debaten sobre no solo sobre la tarea que están trabajando, sino también sobre el contenido que previamente han visto en casa y fortalecen entre ellos aquellos puntos más débiles mediante una instrucción entre pares bastante eficiente y positiva. Suelo provocar estas situaciones tras la evaluación con Google Forms o Plickers, cuya analítica de datos es tremendamente positiva para optimizar el tiempo de aula. Además de esto, el ambiente de clase mejora mucho ya que los estudiantes están inmersos en el proceso creativo o de desarrollo de la tarea asignada.

La fluidez y la optimización en el trabajo de clase viene dado por el compromiso recíproco que se crea en el aula, retando tanto a docentes como a alumnado a crear ambientes interpares mucho más productivos. El hecho de haber presentado el contenido previamente nos hace plantearnos cómo podemos transmitir el mensaje de un modo eficaz. Para ello debemos definir una planificación que se materializará en un proceso a lo largo de tareas.

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